"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

sábado, 13 de noviembre de 2010

La celda de una foto.

Lleva algún tiempo sobre el mismo sitio. Su sino parece haber sido escrito hace mucho tiempo, y no creo que varíe. Algún día es movido a otro lado de la mesa. A veces levantado y vuelto a poner en su sitio. Puede que se haya caído al suelo sin querer y sin sufrir rasguño alguno. Es tan dura la vida de marco de foto... Una vida estática, inmóvil, silenciosa y sustentante. Nadie se fija en él ni observa su belleza ni se admira al verlo diciendo :¡Oh, bonito marco! Está expuesto a la voluntad de su amo. Portarás siempre la misma escena y el mismo momento. El mismo fotograma año tras año. Triste historia. Triste escrito y triste elegía.

Pero tiene algo ese marco. Ese marco guarda un fotograma. Ese fotograma fue un momento de su vida, y además feliz. El marco hace que ese momento se mantenga en pie y que todas las mañanas al despertarte te dibuje una sonrisa y comiences el día de buen humor. Un fotograma en pie que recuerda las bases de dos vidas: sus infancias. Está lleno de vida, de esperanza, de recuerdos y de nostalgia. Es la expresión guardada en cuatro paredes y expuesta a los demás. Es la manera más simple y más bonita de guardar el recuerdo. Cuando miramos la foto enmarcada, nos gustaría volver a esa época y, aun sabiendo que es imposible, nos gusta tenerla delante e imaginar y soñar con ese momento.

Un marco no es más que el cautiverio voluntario de un fotograma de la vida.

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