"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

jueves, 26 de junio de 2014

Nunca fui de clavar pupilas.

Nunca fui de clavar pupilas, lo confieso.
Siempre me mantengo al margen
y observo desde el humo denso de mi cigarrillo.

Nunca fui de clavar pupilas, lo confieso.
Pero cuando alguien me clava las suyas
mi cuerpo tiembla como un niño asustado.

Nunca fui de clavar pupilas, lo confieso.
Y es que quizás puedas verme como soy
si me miras fijamente a los ojos.

Nunca fui de clavar pupilas, lo confieso.
A no ser que un piano hable por mí.
Pero entonces no seré yo, sino música.

Nunca fui de clavar pupilas, lo confieso.
¿Quién sabe?
Quizá te conviertas en la sutil excepción.

martes, 17 de junio de 2014

Quémame y quémate.

Quémame como quema un café a las 7 de la mañana: en pequeñas pero intensas dosis. Un dedo, un sorbo y con él, un despertar.
Quémame como se quema el rastrojo: con violentos abrazos de fuego y caricias desbocadas.
Quémame como quema un cigarrillo. Y en tus labios dejar mi nicotina para hacerte adicta y me transformes en humo en cada calada.
Quémame y quémate si eso supone que no nos apaguemos. Y si lo hacemos, aún nos quedará decir que nuestro sacrificio no fue en vano. Que si ardí fue por mi causa y que si ardiste me convertí en la tuya.
Quémame y quémate. Y que mañana nos lleve el viento cuando no seamos más que cenizas.

lunes, 16 de junio de 2014

Pequeños apuntes de diario.

Llegué como zorro desorientado en mitad de la noche, perdido en la inmensidad del bosque. Y cuando se me acogió, aparecí con miedo. Miedo de haber sido herido por el tiempo y temeroso del calor de la hoguera. Yo mismo me adentré en la maleza y me vi sin fuerzas tras meses de hambruna por no ser hábil a la hora de cazar, por no saber ser ni estar.
Pero no olvidaré ni un solo segundo de aquellos momentos y lugares con vosotros. Dublín y Edimburgo son ahora mismo lo que son por lo que sois. Os recordaré en cada vuelo, en cada risa y en cada imitación. En cada Guinness, en cada lluvia, en cada viaje de autobús. En cada banco, en cada vino y en cada mundo de trenes sin dirección. En cada anécdota, en cada juego, en cada simpático acento del sur. En cada idioma y en cada fiesta. Y en todas y cada una de las veces que visite Londres.
Y cada uno ha vuelto a casa y ha dejado atrás el enorme bosque. Pero solo sus árboles y yo podremos contar en un futuro que la magia existe y la manada me hizo grande. La manada me salvó de mí mismo.

Como dijo Vera Lynn:
We'll meet again
don't know where
don't know when.
But I know we'll meet again
some sunny day.
Keep smiling through
just like you always do.