"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Graves.

Golpeo el bordón de mi bajo para finalizar la última nota del último pentagrama al compás de la última calada de un cigarro. Cierro así esta oda a la noche y sus borrachos. Me levanto del sillón, desnudo, y me meto en la ducha. Agua fría para despertar al alma colocada con estupefacientes de armónicos. Notas que quedaron pegadas a las venas. Fuera. Fuera de mi cuerpo. Me sequé con una toalla fría, rápido, nervioso. Me vestí, cogí mi petaca y me eché a andar por las calles de la urbe.

Enferma se encontraba a las 6 de la mañana. Contaminada por botellas vacías, borrachos llenos, de alcohol y sueños rotos. Mis pasos retumbaban, y el eco rebotaba en los balcones de los edificios mojados. Había caído la lluvia de la mano de la noche y, como llegaron, se esfumaron. Pero el sol no se atrevió a salir y las nubes mantuvieron oscuros los paisajes degradados. Saqué mi petaca. Quité el tapón. Alcé la cabeza para beber y, me di cuenta de que un pájaro negro me observaba desde la farola de la acera de enfrente. Sus ojos negros me intimidaban, me desarmaban. De repente, cayó al suelo, a plomo, muerto. Y la acera devoró su cadáver. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y continué, eludiendo reflexiones, mi camino hacia el hedonismo.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Ni el tiempo les quita la alegría de vivir.

Las articulaciones ya fallan. Los huesos andan frágiles. Su piel ya no está tersa. Pero ahí están, con una media de setenta sin que se les caiga la sonrisa en ningún momento. Por lo menos hoy, el día de la patrona de la ciudad, el día de la Mártir, fiesta que han celebrado mucho a lo largo de muchos años. Recordando juventudes con risas, migas, café y vino. Y al son de pasodobles, tangos y fados, esos cuerpos deteriorados por el efecto del tiempo, se mueven con ritmo, agarrados pero manteniendo las formas, elegantes, erguidos y sin que ninguna mano baje más de la cuenta. Son señores y señoras con mil historias, todas distintas, algunas compartidas. La ilusión está con ellos constantemente aunque alguno se mosquee si no le toca algo en el sorteo. Pero no hay nada que no se pueda solucionar con una copita, y en dos minutos ya no puede parar de reír.
Y miro todos esos ojos llenos de alegría y me doy cuenta de que son ellos los verdaderos jóvenes de espíritu.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Vine, vi y tardé en vencer.

Besos de arsénico recubiertos de miel. Tras esto, vomité felicidad atascada algunos meses.
Si bebo,
porque bebo.
Si no,
porque estoy sobrio.
Busca dentro de un botellín en este bar del sur, ambientado con música clásica. Quizá allí encuentres lo que buscas odiando el amor, amando lo etéreo, vislumbrando el frío y ocultando sentimientos... Ebrio de odio y cerveza fría.
Las jaquecas no despiertan y tampoco dejan dormir. Con insomnio crónico, ahogado en el sueño imaginario de estar soñando.
Todo murió aquella mañana de diciembre.

martes, 6 de diciembre de 2011

Acciones de amor propio tachadas de egoístas.

Se levantó de golpe tirando la silla hacia atrás. Le dio una patada. Volcó la mesa. Saltó encima de las tablas. Se abalanzó contra el mueble despegando las bisagras de la madera. Encendió un mechero y quemó todas y cada una de sus fotos. Cogió las cenizas, las arrojó al váter y tiró un par de veces de la cadena. No quería ver ni rastro de esa mujer en su casa. No más recuerdos, no más olores, no más besos envenenados con mentiras, no más caricias nocivas. Quería empezar desde cero. Cambiar su vida. Cambiar sus subconscientes sueños. Borrarla de su mente. "Desidealizarla". Creer en sí mismo y mirar por sí mismo, aunque fuera por una sola vez.
Así que, cogió su chaqueta y se largó a distraerse y embriagarse por los bares de Madrid, con pensamientos puramente egoidistas.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Fortuna golpea sin suerte.

Como pequeños soles encerrados en jaulas colgadas del suelo en sentido ascendente, las farolas iluminan esta calle por la que avanzo, con miedos de niño y problemas de adulto. El frío se introduce por los diminutos flancos descuidados de mi chaqueta, provocando escalofríos muy acordes con los pensamientos.

-¿Quién será ella? ¿Por qué motivo ella?

Incógnitas sin forma de X. Preguntas retóricas que no encuentran su respuesta. Exclamaciones sin fuerza. Poesías trascendentales sin poeta ni lector. Y una musa que comienza a desatar oleadas brutales de incertidumbre.