"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Se nos cayó el cielo.

Nos ofrecieron la salvación y la rechazamos.
Nos negamos a creer en un Dios.
Nos lanzamos de cabeza al vacío tras la muerte.
Nos preocupamos poco o nada del Otro Lado.
Nos mentimos y justificamos.
Nos olvidamos de lo que seremos,
de lo que fuimos
de lo que somos.
De vivir,
llorar,
morir,
soñar.

Nos creímos más fuertes que el porvenir
y destrozamos las creencias.
Nos sentamos a ver cómo todo cae por su propio peso
y no hicimos nada por detenerlo.
Volvimos a mirar al de al lado con ganas de quitarle lo que tiene,
de quedarnos con su vida, su identidad.

Pero lloramos y nos sentimos humanos de nuevo.
No entendimos nuestra existencia
pero la sentimos en los pulmones
cuando el frío nos calaba por dentro.

Se nos cayó el cielo
pero supimos defender la tierra.

Rojo y Negro.

El color rojo y el negro se juntaron.
Después de años buscándose, se encontraron.
Habían trabajado juntos pero de espaldas
sin verse el uno al otro,
sin sentirse el uno al otro.
Un disparo en el pecho:
el rojo en la herida,
el negro en los ojos.
Y ellos se creyeron eternamente separados.
Pero al juntarse, el negro quedó relegado,
renunció a su identidad,
limitó su existencia.
Cuando más juntos estaban
más lejanos se veían
a pesar de que sus matices se mezclaron,
sus cuerpos se entrelazaron,
sus vidas se diluyeron.

La paleta de colores se secó
y la catástrofe quedó plasmada para siempre.

lunes, 2 de noviembre de 2015

La nueva Newton John.

Y bailó como una nueva Newton John
que ve cómo se le escapa la vida tras la barra de un bar
atendiendo a hombres de mente ahogada
y sonrisas cargadas de lascivia.

Una eternidad entre copas sin champán,
vasos rotos, suelo sucio y pecho empañado
con el vapor de unos besos fugaces
porque la mañana se le echaba encima.

Cuentan que no se le ha vuelto a ver,
que después de aquella noche se desvaneció
entre los oscuros rincones de callejones viejos
donde la corriente no llega.

Si alguna vez la ven, aléjense de sus vaivenes,
de sus caderas con maneras peculiares,
y no se dejen capturar por sus movimientos
con los que una vez nos convirtió a todos en sal.


jueves, 22 de octubre de 2015

Seis minutos.

- Tienes seis minutos para decidir qué harás con ese revólver. Apuesto a que estás barajando estas dos posibilidades: dejar el arma en el suelo y salir despacio de la sala, quizá llorando de rabia o impotencia por no haber sido capaz de apretar el gatillo o simplemente puedes hacer todo lo contrario y descargar esas seis balas, llevando el resto de tu vida la carga de haber matado a un hombre desarmado.
- ¡Cállate!

- ¡Oh, vamos! No seas maleducado. Es un gesto muy feo mandar callar a alguien.

- ¡He dicho que te calles!

- Estoy intentando hacer esto menos violento, más atractivo pero no colaboras. En otra situación habría castigado duramente tu comportamiento. Al fin y al cabo, soy de una época en la que el respeto era la seña de identidad de un hombre. Hoy en día los jóvenes solo piensan en hacerse con más y más dinero para gastárselo en putas y alcohol barato.

- Tú me metiste en todo esto. Me engañaste, me vendiste y ahora no tengo nada excepto un revólver en la mano y unas ganas terribles de meterte una bala en la cabeza.

- ¡Jajajaja! Relájate chico. Fuiste tú el que entraste en el juego. Sabías lo que había y aún así decidiste quedarte. Te dolió lo de aquella chica... ¿Tracey? No recuerdo bien su nombre. Era bastante espectacular y te encandiló desde el primer día. Mujeres, chico. Son la perdición de un hombre. Pero bueno, era una simple put-

Uno
Dos
Tres
Cuatro
Cinco
Seis

lunes, 24 de agosto de 2015

Nunca sigas al viento.

Todos los pájaros volaban rumbo al Noreste, dejándose llevar.

- Chico, ni se te ocurra seguir al viento. Recuerda que él fue el primero en salir huyendo.

martes, 18 de agosto de 2015

La princesa y el dragón.

Cuando llegó al castillo, el dragón que lo custodiaba le dijo:
la princesa está en otra parte.
Se marchó y volvió tres días más tarde,
cuando el dragón y la princesa dormían cara a cara junto al fogón.

miércoles, 12 de agosto de 2015

En el filo.

La caída intermitente desde el vaso
con los pies en el borde del atlas.
Donde las palabras se echan a dormir
y las sonrisas se alejan porque tienen miedo.
Allá donde los pinceles dan un golpe de Estado
y los niños lideran la revolución con los dedos.
Desde la mirada húmeda y llorosa
porque el barco zarpó demasiado pronto.
Nunca se respira suficiente en el lugar
en el que los recuerdos se evaporan
por el calor de un motor del 39.
No es dramático el desorden
si el propósito se alcanza
aunque el filo del papel avecine la tormenta.

lunes, 10 de agosto de 2015

Vete, pero no esperes que te mire.

Vete, pero no esperes que te mire
cuando la luna te guíe
por el paseo de amapolas grises.

Cicatrices que se mojan
y amnésicos nudillos que recuerdan
lo que siempre olvido
al perderme en cada vaso de ginebra.
Fumo por callar
y omitir lo prohibido,
sellando mis labios rotos,
empujándome al retiro.
Vuelan mis errores
impresos en la piel que solloza
yéndome lejos, muy lejos,
acompañado de gaviotas.

Vete, pero no esperes que te mire
cuando otros ojos te guíen
por el desierto de baldosas tristes.

martes, 4 de agosto de 2015

Como un Otoño en Nueva York.

Abrazos tóxicos, amargos como una cerveza.
Un perfume que no se olvida y un saxo que acalla almas.
Ebrio, tirando la vida en cada pinta
y vertiendo palabras llenas de alcohol al váter.
La voz se apaga, se esconde y agudiza
mientras la respuesta se hace más grave
retumbando en el pecho cada frase.
Como un Otoño en Nueva York
que gira eternamente en la gramola rota.

domingo, 2 de agosto de 2015

Mañanas y Jason.

Las mañanas de Jason eran lentas y pesadas, como el primer sorbo de café. Aquella no era diferente.

- ¿Sabes, chico? Solo hay una cosa en este mundo que me dé más miedo que una pistola cargada.
- ¿La cárcel?

Jason soltó una leve carcajada.

- No, por supuesto que no.

Cogió un cigarrillo y lo encendió.

- Las mujeres, chico, las mujeres.

jueves, 30 de julio de 2015

Alcohol en los labios.

La fe la perdí
no dimití
y seguí agarrado al alcohol.
No me erosionan más que las dudas
que me señalan al horizonte,
un destino que araño.
Testigo de mis palabras
y flores en la boca muerta.
El sol que eriza tu piel
y el perdón que camina por tu pelo.
El suelo que llama a mis lagunas
de un vivir que no convence.
Unas alas que me llaman
escondidas en las ramas
mientras la espada me sentencia.
Luz de muerte,
amor de luna.
Basura y golondrinas
cicatrices y olvido.

jueves, 23 de julio de 2015

B/Faker.

Noches de Baker.
Mañanas de Faker.
Cambio la cerveza por el café
y las mentiras por desengaños.
Noches de Argus.
Mañanas de sudor y resaca.
De las mentiras diluidas en alcohol
nacen todas las pesadillas del hombre.

Ella miraba como lo hacía alguien que no tiene interés por nada de lo que le rodea.
Él miraba como quien tira la toalla y la recoge del suelo, sucia, una y otra vez.
Ella vivía como quien tiene miedo a que todo a su alrededor se rompa.
Él vivía como quien tiene miedo a romper todo lo que le rodea.
Ella bebía como quien quiere desinhibirse.
Él, como quien no puede evitarlo.

martes, 21 de julio de 2015

El hombre del cigarrillo.

Se encendió un cigarrillo y pensó en ella.
Pensó en que nunca dormiría entre sus piernas. En que desde hacía muchos años ya la había perdido.
Pensó en la risa y el llanto; la vida y la muerte; el cielo y el mar; el sexo sobre unas sábanas blancas; el alcoholismo en soledad; la sangre en unos labios rotos; los diálogos nocturnos con la culpa; la abstinencia que no llega; las miradas que se alejan; el reloj que solo avanza; los golpes contra la acera; las fechas que se olvidan; el calor que no abandona; las dudas que se quedan; aguantar o salir corriendo.
Expulsó el humo denso, gris, muerto.
El hombre que nunca llora, que nunca siente, que siempre bebe y que a veces, solo a veces, se arrepiente amargamente de lo no vivido.
Como todo hombre que vuelve y vuelve a revivir sobre la piel rota.

domingo, 7 de junio de 2015

Gracias.

Y no hubo muros que ellos no pudieran romper.
Yo los construía y ellos los derribaban.
Me quitaron los ladrillos de las manos porque no eran necesarios.
A veces volvía a ellos por rutina
y antes de alcanzarlos, les daban una patada,
los alejaban de mí.
Porque no eran necesarios.
No más muros ni barreras.
Las fronteras pasaron a ser líneas en el horizonte
y no restos de hormigón en las paredes.
Disiparon el humo,
limpiaron el aire
y me ayudaron a respirar,
a respirar de verdad.
Y no puedo estar más agradecido.

lunes, 4 de mayo de 2015

La mujer de los mil nombres.

Ella miraba.
La mujer de los mil nombres
que se confundían todos en ninguno.
Y vinieron vientos cíclicos
que movían sus vestidos,
movían mi café.

Diestros o zurdos,
revolvían las hojas descarriadas.
Pero sus zapatos seguían firmes
y no había fuerza que los derrumbara.
El vértigo en sus ojos,
la desnudez de un susurro.

La mujer de los mil nombres
que se confundían todos en ninguno.
Y el viento revolviendo las miradas.

lunes, 27 de abril de 2015

Espuma en el cielo.

La espuma en el cielo,
las nubes blancas en mi café.
El humo en una boca,
la sangre y el carmín.
La mirada azul joven,
las manos inocentes llenas de barro.
El respirar pesado
y un pasado sepia que respira.

lunes, 23 de marzo de 2015

Miedo.

El miedo se retroalimenta. Miedo a perder lo que tienes porque tienes miedo. Miedo a golpear y golpear por ese miedo. Miedo a las alturas desde las que te ves caer por miedo. Miedo que te sigue porque tienes miedo de que te sigan. Miedo a no llegar porque tienes miedo. No dar todo porque tienes miedo de no dar lo suficiente. Miedo a no tener nada porque el miedo te lo quita. Que el miedo no te deje ver ni hacer por si dejas ver que tienes miedo. Ser hielo y tener miedo de que alguien te derrita. Y por mucho que lo escondas, las ventiscas dejan ver tu miedo. Miedo a acobardarte y acobardarte por culpa de ese miedo. Si hay miedo, no hay nada. El miedo se retroalimenta. Y yo ahora alimento al miedo.

martes, 20 de enero de 2015

¡Sorpresa, Jimmy!

- Vamos, Jason, hay que coger a esos cabrones antes de que sea demasiado tarde.
- ¿En serio quieres que entremos a tiros en ese garito? ¡Estás loco!
- Mira hijo, posiblemente tengas razón, pero lo que no voy a permitir es que esos hijos de puta se salgan con la suya. Ya hemos tragado bastante.
- ¿Y crees que matando a Jimmy conseguiremos algo? Las órdenes vienen de arriba. Él no es más que una mierda con un poco de poder y un ejército de doce tíos armados con Thompsons y calibres 38.
- Servirá de mensaje. Si no hacemos nada no pararán. Deja de hablar y ve a por las armas.
- ¿Y si no quiero ir contigo?
- No me importa. Si no vuelvo, manda flores a mi mujer. He soportado durante muchos años que ese cabrón se pasee por estas calles jactándose de sus crímenes.
- Escucha, sé lo que le hizo a tu hijo. Todo el mundo lo sabe. Pero no es la manera más inteligente de acabar con él.
- ¿Y tienes un plan mejor? Tú mismo lo has dicho. Lo custodian las 24 horas del día y un ataque frontal por sorpresa es siempre efectivo.
- Sí, a no ser que quieras volver con vida.
- ¡Basta! Voy a hacer esto ahora. Contigo o sin ti.
- Maldito viejo descerebrado... Está bien. Si no salimos con los pies por delante de ese antro vas a estar pagándome vasos de ginebra hasta el día en que te vayas al otro barrio.
- No tengo pensado seguir mucho más tiempo aquí, así que no creo que me salga muy caro. Venga, vamos antes de que empiece a amanecer.