"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Da igual cómo lo escriba mientras aparezcas tú.

Bonito día para salir a la calle. Nubes negras, frío polar y viento huracanado. Perfecto día de bohemio. Hoy no saldrá a la calle y tendré tiempo para pensar en mí sin verla y no en ella doliéndome. Sí que me ha afectado esto de quererla. Donde antes compraba vodka, ahora compro soledad y donde antes compraba cigarros, ahora compro conversaciones contigo. Sí, conversaciones teñidas de esperanza, de ese marrón esperanza. Y ahora puedo hablar de verde como fruto de esa esperanza teniendo sólo que esperar tus respuestas. Esto del amor me hace más humano, más sano y menos cuerdo. Mi mundo ideal se va pareciendo cada vez más a mi realidad. Mas no puedo pensar de forma tan optimista. Tendría que hablar de drogas, de movidas, de crítica. Y sin embargo aquí me tienes, hablando de lo mucho que siento no por la sociedad sino por ti.

Reconozco tu voz con tan sólo un monosílabo o un vibrar de las cuerdas de tu lira gutural. Lira que me hace delirar y consigue un efecto contrario en mí que en los demás. Despierta un sentimiento de alegría, de esperanza y prosperidad y de todo lo bueno imaginable e inimaginable, inmanente y trascendente.

Tu piel, otro factor clave en la construcción de mis sentimientos. Ninfa del período clásico, musa actual de un poeta que no llega ni a lo mediocre. Pero no quiero hablar más de ella, sino con ella. Y ni las catástrofes o crisis podrán con esto. Si se quieren llevar mi casa, que se la lleven, o mi dinero, o mi ropa. Yo estoy tranquilo. A ella sé que no se la podrán llevar. Y podrán alejarla, sí, pero no será más que un alejamiento momentáneo porque, como bien ambos sabemos, los polos opuestos siempre, siempre se atraen.

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