"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

De todo menos extraño.

Son las 11 en mi reloj. Paseo por una calle desierta, a oscuras, solitaria. Coches aparcados pertenecientes a personas que residen en sus casas y toman elaboradas cenas. Farolas como altos policías iluminan el paseo evitando la delincuencia. El frío tiene ahora mismo el control sobre las calles. Ni los Latin King ni los Ñeta. El frío. Es gracioso pensar que algo que no puedes oler, ni ver, ni tocar se apodere de estos sitios. Todo parece estar en silencio. Los pájaros duermen, las personas cenan y yo camino mientras pienso. En mi reproductor de música una guitarra de blues suena y pone la banda sonora de mis pasos. Las manos en los bolsillos y la bufanda bien apretada al cuello. Quería hacer de todo menos llevarme un constipado de la mano de camino a casa. No voy de cara al viento ni de espaldas a él. Como si de un río de tratara, en perpendicular lo cruzo. Expulso el aire por la boca y me entretengo con las formas etéreas que el vapor deja en el aire durante unos segundos. De camino a casa me encuentro con algunas personas que corren en busca del calor de su hogar. Los niños ya duermen. Los adultos charlan sobre sus días y sobre temas que los niños no deben oír. Y veo la ciudad como si no estuviera inmerso en ella. Veo la ciudad como un mundo ajeno al mío cuando en realidad, soy yo el ajeno a este mundo.

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