"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

sábado, 30 de octubre de 2010

Oportunidades indeseadas de un sino autoritario.

Menudo día de lluvia. Saco las llaves de la gabardina y abro la puerta. El piso está iluminado por una bombilla vieja y sucia que alumbra intermitentemente. ¡Qué ganas tengo ya de encontrar un sitio mejor! Cuando voy a abrir la puerta del piso oigo ruidos en la puerta de la vecina. Creo que esta noche volveré a escuchar grititos descontrolados fruto de las pasiones nocturnas de un sábado de octubre. Entro. Dejo las llaves en el mueble de la entrada y mi sombrero en la percha. Me quito la gabardina y la tiro en uno de los sofás. A las 10 menos 10, sin la mujer que amo, necesito una copa. El bar del salón tiene todo tipo de alcoholes pero esta noche se merece un whiskey con hielo. Me siento con mi copa y dejo mi pistola encima de la mesa. La miro y observo todos los detalles y formas labradas. Es curioso cómo tratan de embellecer lo que más horrores provoca a la humanidad.Y yo tengo uno de estos artilugios. Ya lo decía mi madre: No llegarás a ser nada nunca. Vivo con miedo. Lo reconozco. Me levanto del sofá y empiezo a dar vueltas. Vivo con miedo a lo que me depara el mañana. Quizá mi mañana no vaya más allá de la pared del piso. O quizá mi mañana es morir de viejo contemplándote siempre y en todo momento pero sin poder quererte. Soy el principal problema de mis problemas. Creo que debo acabar con esto. Cojo la pistola, la coloco en mi sien y antes de apretar el gatillo recito unos versos de Don Juan Tenorio:

Llamé al cielo y no me oyó;
y pues sus puertas me cierra,
de mis pasos en la tierra,
responda el cielo y no yo.

Inmediatamente después aprieto el gatillo de la pistola y...

Silencio. La habitación estaba llena de silencio, y de recuerdos también. Pienso: Si hubiera estado cargada, no habría tenido huevos a seguir en esta vida.

martes, 26 de octubre de 2010

Concepto irónico del Amor en la sociedad.

Maldita España enferma. Sólo sabemos hablar de política, de problemas y de movidas. Tira tus valores sociales al entrar en este país, aquí no se tendrán en cuenta y, por supuesto, no los necesitarás en absoluto. Pero sí tráete prejuicios y bronca, eso seguro que será aclamado por todos. ¿Te interesa la literatura y la filosofía? Menudo bicho raro, no hay quien te entienda. ¿Escribes? ¿Qué cojones te pasa en la cabeza? Tienes que estar enfermo, no conseguirás nada con ello. Lo que no es útil, no es válido hoy en día. Muy bien, ve a tu profesor y pégale una paliza simplemente por mandarte callar y si no se la das tú, cuéntaselo a tu padre, él lo hará por ti. Grábalo todo y súbelo a la red para echarte unas risas con tus colegas.

Tienes que pillarte a la primera tía que veas que está buena, lanzarte sin mirar ni preocuparte por cómo es por dentro y llevártela a la cama. Así serás el guay. Así serás el mejor de los mejores contando las muchas tías a las que te has tirado. ¿Eres de los que intenta enamorar con palabras y escritos? Menudo pringao. Así te pisarán todos y lo mejor es que a ninguno le preocupará el hecho de hacerlo. ¿Te interesa conocer a esa chica por dentro y conocerla, saber cómo piensa, qué le gusta? Estás chapado a la antigua. No tienes ni idea de a qué se le llama "AMOR" hoy.

Puedo seguir analizando la sociedad actual. Puedo seguir diciendo lo que no soy. Puedo seguir doliéndome por estos pensamientos. Puedo seguir odiando esta mentalidad. Puedo seguir extrañándome por todo esto.

También puedo dejar de usar la ironía para tratar de explicarte lo que siento, lo que te quiero decir, lo que me gustaría que supieras, lo que seguramente nunca sepas que es para ti.

¿Puedo seguir yo amándote a mi manera?

martes, 12 de octubre de 2010

Otoño cruel, Otoño por favor.

Ya no me llena una copa, un cigarro o un baile. Entretenimientos pasajeros que la gente usa para camuflar sus sentimientos, y a mí me hace mostrarme más. Y éso sí que no me gusta. No quiero ver cómo soy realmente. Repetir durante 31 días la personalidad que me gustaría ser y terminar siendo lo que quiero y no lo que soy. Escribo cosas a escondidas. Me sienta bien. Ni que fuera esto un ibuprofeno o ácido acetil salicílico. Ojalá todo se curara con unas simples dosis de fármacos porque si así fuera, en dos días no sientes más que una postillita en el corazón. Recurrir a una persona para contarle todo es como quitar la tirita, enseñársela a alguien y que se infecte con el simple viento de otoño. Y es que el otoño es un genio en estas cosas. Arrasa a los caducos y se lleva sus entrañas con el viento. No, sé que no podrás conmigo otoño. Podrás llevarte momentos increíbles, tirarlos por el suelo y arrastrarlos hasta extinguirse pero mis penas no te las llevarás. Mis penas seguirán aquí, empujándome a escribir cada día. Pero necesito que te lleves a mi musa. No quiero verla más, no quiero tener que aguantar todos los días lo mismo. Llévatela pero no me digas nada, no hagas ruido al llevártela porque si me entero, no te dejaré que lo hagas.

jueves, 7 de octubre de 2010

No quiero saber nada de la ilusión.

Esta foto es bonita. Y ésta. Y ésta. En realidad son bonitas porque sale ella y da igual cómo salga. De frente, de perfil, de espaldas, sentada, de pie o haciendo la gansa con su mejor amiga. Tiene infinitas fotos y las he visto todas y varias veces. No sé ya como llamarle a esto porque sentimiento sería demasiado poco, y dolor sería de perdedor. Pero sí es cierto que empiezo a sentir impotencia porque no dejo de sentir cosas. No dejo de pensar en cosas, en ideas, en ilusiones a fin de cuentas. Y sí, me dedico a los estudios, pero me falta todo lo humano. Y sí, lo paso bien con los amigos, pero sigo viviendo en mi ilusión. Ésa es la palabra: ilusión. Quizá una de las más dolorosas que un hombre puede sentir. El tener ilusión porque sabes que nunca podrías tener la realidad y te conformas con tu pseudorrealidad a la que llamas ilusión. ¡Maldita sea! ¿Qué coño le veo? ¿Por qué encuentro algo en una persona tan lejana? Y puedo recurrir a la bebida y a las drogas, pero eso ya estoy harto de usarlo como medicina. Lo único que consigues es crearte úlceras de amor que te perseguirán toda la vida y te recordarán: Por ella sufres ahora y por ella sufrirás siempre.

domingo, 3 de octubre de 2010

Amor entre ratas.

Amo el crepitar del fuego al contacto con el papel de mi cigarro. Sólo lo escuchas si hay silencio a tu alrededor, si lo hay todo pero vestido de nada. Y es algo asqueroso ver como una pareja de adolescentes se aman en un parque por el que alguna vez las ratas cruzan para llegar al río. Pobres ratas que tienen que aguantar los besos que se dan en la noche bajo la luz de esa farola. Yo, a fin de cuentas, disfruto de mi vida sintiendo el césped en mis dedos. Más aún, el rocío del césped en mis dedos. Y por si fuera poco, tengo conmigo una botella de vino. Un poco música relajada y tengo aquí mi paraíso terrenal.
- ¡Podrían parar esos dos, que parece que no hay mañana!
Bebo de mi botella un trago importante. Pero a quién pretendo engañar. Los odio y los envidio. Y parece que lo hacen por joder. En este puto parque fue donde te conocí. ¿No hay más parques en esta ciudad enferma? Y sí, era de noche en nuestro primer encuentro, como ahora. Seguro que las ratas se acuerdan de aquel momento. Estabas en un banco. Recuerdo cada detalle a la perfección. Y ahora todo es tan distinto. O por lo menos para mí, para ti todo sigue igual. Porque eso es lo que llevo haciendo tanto tiempo, sentir todo pero vestirlo de nada.