"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

martes, 20 de noviembre de 2012

El monstruo.

¿Dónde estás, mami? Hay algo en el armario. Está oscuro. Hay sombras que se mueven por toda la habitación. ¿Por qué no te has quedado aquí mientras duermo, mami? Me habrías defendido. Se ha movido la puerta del armario. Mami, tengo miedo. Está saliendo el monstruo de ahí y viene a por mí. Me giraré y así no lo veré. ¿Y si sale por ese lado de la cama? No, no, me quedaré quieto. ¡Ah! ¡Mi brazo! ¡No puedo dejarlo fuera de la cama! Podría salir de debajo de la cama, agarrarlo y arrastrarme. Me taparé con las sábanas. ¿Pero y si aparece por mis pies? ¡Mami! ¡¿Dónde estás, mami?! Cerraré los ojos muy fuerte. Pero entonces no lo veré venir. Mami, tengo miedo... Mami...

Y empapada la almohada de sus cálidas lágrimas, el niño terminó cayendo dormido, desapareciendo así todos los males de su cuarto.

Vuelan libres.

¿Sabes de esos primeros días de primavera en que las ciudades se llenan de hormigas voladoras?

Muchos las evitan. Otros las pisan. Pero nadie se para a pensar en sus brillantes alas con las que se alzan sobre el resto de la colonia. Se mueven por la ciudad y divisan lo que las otras nunca podrán. Ver casas, escuelas, niños y ancianos desde lo más alto, más incluso que muchos de los humanos que creen tenerlo todo. Son libres. Pueden codearse con las reinas del cielo. Esas criaturas majestuosas emplumadas. Nuestras hormigas son diminutas pero aún así, conocen el viento a la perfección y velan por sus camaradas como ángeles defienden el Paraíso. Son débiles, y de un soplido pueden ser derribadas. Pero siguen luchando. No se rinden.

Lástima que la simple suela de un zapato pueda acabar con los sueños aletargados de un niño que duerme pensando en ellas.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Domingos envenenados.

Enfermo.
Enfermo de domingos.
Domingos envenenados.
Veneno de nostalgia.
Nostalgia de tu sonrisa.
Sonrisa de luz clara.
Claridad que me ensimisma y ciega.
Ceguera voluntaria y dulce.
Dulce olor a madrugada.
Madrugada sin más color que el de tus ojos.
Ojos grandes y oscuros.
Oscuridad en la ducha.
Ducha de agua fría en pleno Noviembre.
Noviembre destacable.
Destacable contoneo de tus caderas.
Caderas que describen tus maneras.
Maneras de señorita inocente.
Inocente en el amor.
Amor no descubierto y oculto.
Oculto entre mis cajones llenos de papeles.
Papeles tachados, emborronados.
Emborronados como mi mente caótica.

Caótico momento.
Caótico lugar.
Caótica tú.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Buenas noches.

Yo, desde el tálamo escribo esto. Antes de dormir. Siempre con recuerdos de esos ojos indecisos.

Hoy. Ayer. Quizá mañana entiendas todo lo que dije sin palabras. Solo con verde al compás del rock and roll, cuando nuestras pupilas bailaban , chocaban. Con pequeños golpes que hacían que todo se desestructurara y tambaleara. Sombras en tus ojos. Orgullo y soporte en mi mirada. Yo seguiré con mis versos. Hasta mañana. Buenas noches.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Turno de noche.

Como el humo de un cigarrillo que de tu boca se escapa, me cuelo en tu cuarto, sutil, sigiloso, silencioso, siseante, un silbido mudo. Acompaso mi respiración con la tuya y observo cómo tu pecho crece y mengua a un ritmo constante. La brisa veraniega trae a tu ventana el canto estridente de un grillo, y rezo por que no te despierte. De olor a sal, a playa y a ti está llena la habitación en la que tus sueños vuelan mientras tú duermes abrazada a tu consciencia. Me sentaré aquí, a tu lado, a vigilar esta noche, no sea que algún condenado diablillo quiera que hoy no disfrutes de tan dulce momento.