"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

jueves, 23 de febrero de 2012

Oda a un segundo.

Agua estática, estancada, que crea una circunferencia paralela al borde de la realidad. Asciende de forma cilíndrica y su mitad se ve seccionada por madera vieja. El resto sigue ascendiendo para chocar contra el techo pálido y frío decorado con colinas. Sobre ellas un recuerdo grita, haciendo que su eco llegue a lo más bajo del mundo, más bajo que este agua geométrica, más abajo aún que su sombra, proyectada desde el incandescente sueño. Y los resquicios sonoros acarician las mejillas altaneras. Se desprenden del matiz carismático para dejar el esqueleto desnudo de la palabra muerta. Allí acumulan polvo y desprecio que florece en odio blanco. Lo manchan con amor podrido y escupen con hipocresía barata.
Pero el recuerdo vuelve a gritar, esta vez hacia el cielo, y sus palabras no caen. Se elevan tan alto que las nubes son miradas desde arriba, sin viento ni vacío, llenas de arpegios.
Una mano alza el vaso. El agua se alborota. Comienza la catástrofe.

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