"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

martes, 12 de octubre de 2010

Otoño cruel, Otoño por favor.

Ya no me llena una copa, un cigarro o un baile. Entretenimientos pasajeros que la gente usa para camuflar sus sentimientos, y a mí me hace mostrarme más. Y éso sí que no me gusta. No quiero ver cómo soy realmente. Repetir durante 31 días la personalidad que me gustaría ser y terminar siendo lo que quiero y no lo que soy. Escribo cosas a escondidas. Me sienta bien. Ni que fuera esto un ibuprofeno o ácido acetil salicílico. Ojalá todo se curara con unas simples dosis de fármacos porque si así fuera, en dos días no sientes más que una postillita en el corazón. Recurrir a una persona para contarle todo es como quitar la tirita, enseñársela a alguien y que se infecte con el simple viento de otoño. Y es que el otoño es un genio en estas cosas. Arrasa a los caducos y se lleva sus entrañas con el viento. No, sé que no podrás conmigo otoño. Podrás llevarte momentos increíbles, tirarlos por el suelo y arrastrarlos hasta extinguirse pero mis penas no te las llevarás. Mis penas seguirán aquí, empujándome a escribir cada día. Pero necesito que te lleves a mi musa. No quiero verla más, no quiero tener que aguantar todos los días lo mismo. Llévatela pero no me digas nada, no hagas ruido al llevártela porque si me entero, no te dejaré que lo hagas.

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