"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Cerveza, tabaco y otras movidas.

De la mesa a la boca y de la boca a la mesa. No muy grande el recorrido para ella pero sí para su compañera que desaparece poco a poco de su interior. Cambio de canal y sólo veo mierda en la televisión. A veces me entran ganas de prenderle fuego. Me termino la cerveza, levanto el culo del sofá y estiro un poco mis músculos agarrotados después de tanto tiempo sin moverme.Me ducho mientras escucho frases como "Puede que me deje llevar", "puede que levante la voz", "puede que me arranque sin más". Sí, eso me levanta el ánimo. Me visto rápido, le dejo comida a Terry (mi Pastor Alemán) y salgo a la calle con las llaves y un paquete de tabaco. Allí en el parque enciendo un cigarrillo y veo a niños jugar al fútbol, viejas contar sus historias y madres sin nada que hacer. Mierda, otra vez paseando tú con tu ondulado pelo azabache, con tus ojos de miel, con tu nariz graciosa. Mira que hay ciudad y te tengo que encontrar a ti. Me mira y me saluda tímidamente con su voz aterciopelada y yo como un imbécil embelesado le contesto embobado. Joder, asco me doy de mí mismo cuando no puedo controlar mi forma de ser ante ella. De repente toda mi forma de pensar, de actuar y de sentir cambia cuando la veo. Voy al bar más cercano y bebo rápidamente una birra muy fría. Dicen que cuando se piensa, hay que hacerlo con la cabeza fría, ¿no?. Salgo rápido dejando dos con cincuenta en la barra y me dirijo a mi apartamento otra vez, no quería seguir en esta mierda de ciudad enferma. Pero, otra vez me la encuentro. Con su tono de sirena me insinuó la enorme coincidencia de encontrarnos dos veces en menos de diez minutos. Y yo, otra vez, como un gilipollas, vuelvo a ser el que no soy, a ser muy dócil, a ser muy blando, a ser un mierda. Pero pongo como excusa que llevo prisa y sigo adelante. Llego al portal, entro en casa y me tumbo en el sofá. Menuda mierda de paseo, lo hago para despejarme y lo único que consigo es volver a turbarme. Voy a la nevera, cojo otra cerveza y otro cigarro. Estos dos serán mis fieles compañeros en este viaje.

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