"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

domingo, 10 de abril de 2011

Abismos.

Aún recuerdo cómo pisaba con fuerza con sus tacones altos rojos sobre mis blancos antebrazos y dejaba amoratada mi piel con cada traqueteo. Cuando llegaba al final, daba la vuelta y continuaba caminando. Pero además de eso, cuando pensaba que no podía sentir más, apareció en mi otro antebrazo otra mujer, con los mismos tacones altos rojos paseándose por mi nacarada carne y creando círculos violetas como signos de agolpamiento de la sangre.

Y así estaba, crucificado por dos mujeres y sus preciosos tacones cuando recordaba, para olvidar el dolor, los largos paseos en bicicleta, el olor a salitre, el viento de otoño, las horas muertas en cualquier parque y los eternos domingos de descanso.

***

-Vamos, cariño, vuelve a la cama. Aún no tienes que irte.- Me decía con una dulce voz aquella chica rubia.
-No, no tengo que irme, la que se tiene que ir eres tú. ¡Coge tu sucio dinero y lárgate a enamorarte esta noche de otro hombre como haces a diario!
-Pero...
-¡He dicho que te largues!

Ella no sabía cómo reaccionar así que la agarré del brazo, la saqué de la cama y la fui empujando por el pasillo. Cogía la ropa como buenamente podía mientras yo, dominado por un odio terrible hacia ella, le gritaba y la empujaba hasta que, abrí la puerta y la eché de mi casa, para siempre.

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