"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

martes, 15 de marzo de 2011

Historia de dos jóvenes con sentimientos confusos.

Cuentan que él vivía lejos de la ciudad y ella en pleno centro de la urbe. Él se mudó a una ciudad enorme, casualmente donde vivía ella. Aunque, no nos precipitemos, ellos aún no se conocían.

Se encontraba perdido entre tanto edificio alto, tantas luces, tanto ruido, tanta contaminación. Ella, en cambio, disfrutaba con las tiendas, los taxis, los Starbucks y los metros abandonados decorados con graffitis degradados.

Él acudió a su primer día de instituto y la fortuna quiso que fuera en el mismo que la chica de nuestra historia. Es más, le tocó en el mismo aula y a su derecha en clase. La única diferencia: él era de letras. Ella, de ciencias. Pero bueno, no importaba, eso no impedía que no se vieran en el resto de asignaturas.

Entablaron su primera conversación y, peculiarmente, terminó con la típica frase de adolescente americano: "¿Te apetece tomar algo esta tarde a las 8?" Si la película hubiera sido americana seguramente habría contestado un "sí" con una sonrisa de lado a lado pero estamos en España, así que ella tuvo que contestar: "He quedado con unas amigas para ir de compras, otro día mejor". Él quiso entenderlo al pie de la letra. El simple hecho de pensar que ya lo había rechazado, era algo que no le gustaba en absoluto. Podría ser que fuera verdad. De hecho, lo fue.

Él había salido con sus amigos a tomar unas cervezas cuando, a las 9, la ve pasar a ella por delante del cristal del bar cargada con muchas bolsas de ropa. Ella sonrió al verle y lo saludó levantando las cejas y acompañando esto con el movimiento de su mano. Él, embobado por estar viéndola, la saludó con la mano también. Así fue como él, quedó completamente prendado de ella.

Los días pasaron y conversaban con más frecuencia. Al final no podían estar un día sin hablarse y, cuando todo parecía que iba a ser un éxito, sucedió lo siguiente:

Ella decidió no seguir hablando con él. No tengo la más mínima idea de por qué, pero no volvió a hablarle. Si lo hacía, era porque él insistía. No quería saber nada más de él. Se extrañaba pero empezaba a pensar si ella era de verdad a quien buscaba. Él se dejó llevar por autores románticos y vanguardistas. Ella, simplemente decidió hacer como que nada había ocurrido.

Parecía que en él, la llama se iba apagando pero nunca se extinguía. Cuando pensaba que ya no era más que cenizas, con más fuerza resurgía ese calor. Ese calor que le enfriaba por dentro.

Ahora todas las noches se acuerda de aquella llama viva que ardía todos los días y con dolor se conmueve de sí mismo.

Ella, no sé que pensará ella. Muchos preguntarán el qué fue de ella pero no tengo ni la más remota idea. Lo mismo lo hizo por su bien, lo mismo por no querer enamorarse, o lo mismo tenía un millón más de razones para hacerlo que desconocemos.

No podemos llamarlo historia de amor, pues no sabemos si ella lo amó en algún momento. Tampoco de amistad, pues no sabemos si de verdad fue más que eso. Así que llamémoslo Historia de dos jóvenes con sentimientos confusos.

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