- ¡Has vuelto, Jason!
Apareció por la puerta con un cigarrillo en los labios y la mirada baja.
- Y por lo que veo aún no se me ha puesto una copa...
- Ahora mismo.
- Tienes el bar vacío, David. ¿Qué ha pasado?
- Desde que dejaste de tocar en este bar nadie se ha vuelto a pasar por aquí. Solo abría por si venías de vuelta por aquí. Pero ahora sé que no te irás. ¿Verdad?
- Nunca me he ido. Solo descansaba. He conocido gente nueva. Entre ellos una chica llamada Jane. Se dedica al tráfico de armas y pretende montar una buena. Seguramente oigas hablar de ella este año.
- Gracias por volver, Jason.
- Ya te arrepentirás.
Jason cogió su copa, apuró su cigarrillo, le dejó el dinero en la barra a David y caminó hacia la esquina más oscura del bar, donde se perdió entre las sombras.
Mola que hables de Jason y menciones a Jane respecto al tema de las armas. No sé si lo de "seguramente oigas hablar de ella este año" se refiere a que más tarde los volverás a nombrar en relación a un tema parecido en el trato, me lo aclaras?
ResponderEliminarSí, básicamente esa es la idea. Tanto Jason como Jane son personajes a los que recurro frecuentemente (más al primero que al segundo) y con los que me gusta elaborar algún relato. Aunque en ese momento no tenía un texto concreto en mente sí que sabía que los retomaría a ambos.
EliminarGracias por tu comentario y un saludo!