"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

miércoles, 9 de octubre de 2013

Morir, a veces.

Ya era de madrugada cuando llegó a casa, cansada de tanto vivir. Tenía 25 años pero por ella parecían haber pasado 40. Sentía en su espalda la indivisible carga del sentir. Sentirse morir pero seguir viviendo. El proceso inverso al de las pesadillas y el despertar. Apenas veía el cielo si no era como una enorme cúpula negra que cada noche la mordía y golpeaba. El aire le faltaba pero, involuntariamente, lo encontraba constantemente. Se jugaba la vida pero nunca la perdía. Y esperaba que alguien la despertara y le dijera: tranquila, a partir de ahora todo irá a mejor. Pero eso nunca sucedía y los latidos golpeaban tan fuerte su pecho que llegaban a dolerle. De su boca volaban suspiros de melancolía. Dormía de la mano del abismo de la incertidumbre, del no saber si seguir o pararse. Sus ojos no lloraban. Ni siquiera había luz en ellos con los que provocar un eclipse.

Quizá algún día no despierte. O quizá siga despertando para siempre.

2 comentarios:

  1. Siempre un disfrute leerte, querido Londoner, ya sea hablándonos de los miedos que impiden vivir la vida, de las ilusiones que nos impiden conciliar el sueño o de los muertos vivientes o vivos murientes.
    Espero que estés disfrutando de tu estancia en Old England.
    Un fuerte abrazo. Take care.

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    1. Es un placer recibir tus comentarios en el blog. Muchas gracias.
      Por aquí estupendamente. Cada vez más hecho el oído a la forma de hablar coloquial y aprendiendo bastante.
      Un abrazo grande.

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