"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

viernes, 28 de junio de 2013

Balas.

Jake llegaba otra vez a las cinco de la mañana a casa. No le gustaba tener que encontrarse con borrachos, parejas y drogadictos, pero tampoco soportaba acostarse a las doce de la noche. Tenía la sensación de que todas las personas que se cruzaban en su camino le miraban de forma inquisitiva, como si le exigieran algo aun sin conocerle. En realidad ni siquiera se fijaban en él pero tenía esa incómoda sensación de agobio y presión. Lo peor era no saber qué tenía que hacer, cómo debía comportarse. Incluso la gente con la que apenas tenía relación parecía que esperaba cosas de él: que apareciera de repente y se mostrara amable, que les demostrara algo, que diera señales de vida. Pero Jake no tenía ni la más remota idea de qué tenía que hacer y, quizá más importante, cómo hacerlo. No sabía cómo sorprender, cómo romper, cómo salir para no morir asfixiado entre tanto cadáver sobre su cabeza. Así que al día siguiente decidió subir a la azotea de su edificio, contemplar la ciudad y, colocando su mano a modo de pistola, disparar a todo el que parecía exigirle algo a cambio por estar cerca de él. Eliminaba a uno detrás de otro y cuando decidió que había acabado se tumbó y miró fijamente a las nubes. Lástima que no le quedaran balas en el pulgar.

1 comentario:

  1. Yo si sé, ser quien eres. Es lo más difícil, pero da buenos resultados.

    Lástima que sea una azotea y no una ventana.

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