Pero no olvidaré ni un solo segundo de aquellos momentos y lugares con vosotros. Dublín y Edimburgo son ahora mismo lo que son por lo que sois. Os recordaré en cada vuelo, en cada risa y en cada imitación. En cada Guinness, en cada lluvia, en cada viaje de autobús. En cada banco, en cada vino y en cada mundo de trenes sin dirección. En cada anécdota, en cada juego, en cada simpático acento del sur. En cada idioma y en cada fiesta. Y en todas y cada una de las veces que visite Londres.
Y cada uno ha vuelto a casa y ha dejado atrás el enorme bosque. Pero solo sus árboles y yo podremos contar en un futuro que la magia existe y la manada me hizo grande. La manada me salvó de mí mismo.
Como dijo Vera Lynn:
We'll meet again
don't know where
don't know when.
But I know we'll meet again
some sunny day.
Keep smiling through
just like you always do.
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