La luna controla la fuerza de la olas
a pesar de ir siempre desbocadas,
de boca.
Vil palabrería. Mil palabras
que permanecen en la atmósfera y
al moverse una ligera brisa
entran directas a mi habitación
por la ventana.
Se desplazan sin tiempo ni espacio
pero fluyen e influyen en el tálamo
buscando únicamente el placer,
el hedonismo.
Vil palabrería. Mil palabras.
Mil palabras. Pura y vil palabrería.
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