"Alcohol may be man's worst enemy, but the Bible says love your enemy" Frank Sinatra.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Hazlo.


Corre. No mires atrás y sigue corriendo hacia adelante. Sí, te están persiguiendo. Da igual quién sea o por qué lo haga, tú no pares de correr. Gira a la derecha. Bien. Ahora gira a la izquierda, por ese callejón. Cuando llegues al final, salta la valla. Y sigue corriendo. Gira a la derecha y pégate a la pared. Bien, ya no te siguen. Parece que los has despistado. Siéntate en el suelo y descansa. Nota tu corazón desbocado, golpeando tu pecho desde el interior. Mete aire en tus pulmones. Ya has descansado lo suficiente. Levántate. Dirígete al banco que hay girando a la izquierda al final de esta calle. Bien, ya estás en la puerta. Pon la mano en tu revólver. Entra. Saca el arma. Dispara una vez al techo y no grites. Mantente frío. Pídele todo el dinero a la de la ventanilla. Si no se mueve rápido, apúntale con calma. Bien. Ahora que tienes el dinero, sal por la puerta de atrás. Corre otra vez. No te gires. Van a disparar pero tú no te des la vuelta. Sigue corriendo. Gira a la izquierda. Ignora las balas. Si te paras ahora, eres hombre muerto. Entra en la casa que tienes a tu derecha. Deja el dinero encima de la mesa y túmbate en la cama. Enciéndete un cigarro. La sangre está manchando tu colcha. Esos disparos han tocado puntos claves. No te aferres a la vida. Disfruta de lo poco que te queda de ella.

lunes, 27 de febrero de 2012

Bocetos.

Juguemos.
Pasemos de mis dos dimensiones a las tres tuyas.
Estoy en desventaja, solo voy con alto y ancho. Tú tienes el comodín de lo profundo.
Intenta darme tu esfera. Yo te regalaré mi cuadrado.
Quizá tenga problemas. Me cuesta reducir lo que me ofreces.
Tú en cambio lo expandes al cubo con más facilidad. Y cuando lo hayas hecho,
regálame el espacio, el vacío que creas. Enciérrame entre cuatro paredes,
techo y suelo, tierra y cielo. Saborearé el placer de lo tridimensional.
Pero ahora voy a romperlo. Voy a abrir un agujero y salir por él.
Nada más poner un pie fuera del cubo volveré a mi dimensión.
Y desde allí plasmaré en perspectivas caballeras e isométricas
lo que sentí en ese espacio.
Pero no olvidemos que solo creo ilusiones, que nada de esto es verdad,
que sigo encarcelado en mi bidimensionalidad.

jueves, 23 de febrero de 2012

Oda a un segundo.

Agua estática, estancada, que crea una circunferencia paralela al borde de la realidad. Asciende de forma cilíndrica y su mitad se ve seccionada por madera vieja. El resto sigue ascendiendo para chocar contra el techo pálido y frío decorado con colinas. Sobre ellas un recuerdo grita, haciendo que su eco llegue a lo más bajo del mundo, más bajo que este agua geométrica, más abajo aún que su sombra, proyectada desde el incandescente sueño. Y los resquicios sonoros acarician las mejillas altaneras. Se desprenden del matiz carismático para dejar el esqueleto desnudo de la palabra muerta. Allí acumulan polvo y desprecio que florece en odio blanco. Lo manchan con amor podrido y escupen con hipocresía barata.
Pero el recuerdo vuelve a gritar, esta vez hacia el cielo, y sus palabras no caen. Se elevan tan alto que las nubes son miradas desde arriba, sin viento ni vacío, llenas de arpegios.
Una mano alza el vaso. El agua se alborota. Comienza la catástrofe.